Los duendes son criaturas mitológicas fantásticas de forma humanoide pero del tamaño de un niño pequeño que están presentes en el folclore de muchas culturas. La etimología de su nombre proviene de la expresión "duen de casa" o "dueño de casa", por el carácter entrometido de los duendes al "apoderarse" de los hogares y encantarlos.
DESCRIPCIÓN DE LA CUEVA
Antes de entrar a ella, se camina
sobre una plancha de piedra de 10 metros de largo y 2 de ancho. Se baja por
unas escalinatas, sirviendo de techo una piedra enorme de superficie plana con
espesor de 2 metros. Después de la puerta de entrada de la primera cueva, se
avanza más o menos 10 metros en zigzag para llegar a la puerta de entrada de la
otra cueva que conduce a un subterráneo muy peligroso que era el lugar donde vivía
el Duende, según los ancestros de estas localidades.
Algunos ancianos del lugar (fallecidos
hace muchos años) que se atrevieron a entrar contaban que en la segunda cueva
en un espacio amplio existía una mesa, una espada y un cajoncito, pero todos
estos objetos eran de pura piedra y no se atrevieron a sacarlo por el peso y el
miedo. Cuentan que unos ciudadanos panameños en excursión visitaron la cueva y
se metieron a este subterráneo y ellos mismos explicaban que vieron tierra muy
rojiza y no siguieron avanzando por temor. El caso es que la profundidad de la
segunda cueva no ha sido descubierta.
RELATOS SOBRE EL DUENDE
Tomás Amador, originario de
Yalagüina, residente en Somoto:
Don Tomás manifiesta que su hermano
Pablo Amador andaba solo cortando leña
en el cerro donde está la cueva y al ver un hombrecito vestido de rojo
carcajeándose, salió en estampida y fue perseguido hasta el camino real.
A su mamá también le salió el
Duende. Don Tomás cuenta que ella se levantaba de madrugada a moler el maíz en
piedra para hacer las tortillas. Expresa: “ella era valiente, pero una
madrugada llegó espantada donde dormíamos a decirnos que del solar estaban
tirando arena, escuchándose unas risas como de niño”.
Otros ancianos del lugar comentaban
que el duende estaba enamorada de la muchacha más bella del lugar.
En su relato al Profesor Manuel Guzmán,
le cuenta que para los días de Semana Santa, los jóvenes de la comunidad El
Chagüite se juntaban para ir a la primera cueva con guitarras a cantar y
tomarse unos “traguitos”, atraídos por el silencio del lugar y lo que
contaban sus abuelos acerca de la misma. Cuenta también que en cierta ocasión vieron
un cofre, una mesa con flores y frutas extrañas lo que les espantó, pero cuando
regresaron con más gente de la comunidad nada de lo que habían visto estaba. Esto
les hizo quedar como mentirosos, pero están seguros de lo que habían presenciado,
no volvieron a ir más al lugar.
DE REFUGIO PARA MILITARES
Cuentan que esta cueva además de
haber sido presuntamente la casa del duende, también fue lugar donde algunos
sandinistas, en la guerra contra Somoza, descansaban y guardaban armas, entre
ellos Glenda Zavala, Rudy Zavala y otros guerrilleros. En la guerra de los
ochenta, la contra también utilizó esta cueva como refugio.
La “Cueva del Duende” ubicada en la finca del estadounidense Mathew,
entre Trapichito y el Chagüite.
Tomado en parte, del relato que le hizo Don Tomás Amador al profesor Manuel Guzmán Centeno.
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