Cada pueblo
tiene su actividad que lo Identifica, y en este sentido a Somoto lo identifica
sus rosquillas, a Jalapa su tabaco, a Pueblo Nuevo sus Montucas, a Palacagüina,
el béisbol y a Yalagüina sus rosquillas; fuerte competidor de Somoto en cuanto
a su calidad. Obviamente
que esta historia, será a los pobladores de Yalagüina a quienes más les
interesará, porque son los que conocieron o conocen a varios de sus
ascendientes abuelos, padres que se dedicaron a esta actividad industrial.
Allá por los
años cincuenta y sesenta, las primeras rosquilleras de este pueblo fueron:
Ramona Pérez (madre de Rodolfo Cruz) Carmen Alfaro (madre de Leonor Alfaro)
Lolita Pérez. Todas ya fallecieron. Sus hornadas eran de una arroba, y las
vendían en el mismo municipio, ellas mismas hacían). En esos tiempos, una
rosquilla costaba cinco centavos. Como en el pueblo no existían molinos,
movidos por electricidad, porque no existía servicio de energía eléctrica, la
harina la molían en las máquinas corona, sujetas a un saque que tenía el
molendero, y después la repasaban en piedras. Estas fueron las pioneras que les
enseñaron todas las hacedoras de rosquillas que después se convirtieron
expertas. Subrayo que varias hacedoras de rosquillas han sido llevadas a Honduras
a enseñar habilidad de hacer rosquillas, con la salvedad que se quedaron
viviendo en este país porque encontraron pareja. Las rosquillas se hacían de
cuajada cocida, conseguida en el mismo municipio.
En esos tiempos (años cincuenta) la leña se conseguía en el mismo municipio, no era necesario traerla de los aserríos de Ocotal. La carga de burusca costaba dos y tres córdobas, dependiendo de la cantidad de leña.
En esos tiempos (años cincuenta) la leña se conseguía en el mismo municipio, no era necesario traerla de los aserríos de Ocotal. La carga de burusca costaba dos y tres córdobas, dependiendo de la cantidad de leña.
En Yalagüina
se dedicaron bastante a esta actividad de acarrear y vender leña a las
hornadoras: Manuelito Amador, Martín Gómez, Silvo Gómez, Juan José Vallecillo,
Hernán Cruz, Paulino Gómez, todos éstos aún viven. Los lugares donde iban a
traer la leña: el cerro Zonzapote, el cerro público, el Guaylo y la Muta, al
cerro San Bartolo ni se asomaban por los espantos.En la década
de los setenta, surgieron los primeros talleres de rosquillas, destacándose:
Nubia Cruz, Estefanía Canales, Luz Angélica Rosales, Cándida Olivas, Pola
Gómez, Carmen Cruz (ya fallecida, esposa de Neptalí Tercero), Beatriz Pérez (madre
de la Prof. Rosaura
Gómez, Amanda Prado.Ya en esos
tiempos, (década del 70 ) la leña la compraban en los aserríos
de Ocotal. Los primeros molinos que se instalaron eran de diesel (propietarios,
dos señores de Somoto, don Vicente y Alonso, no recordamos, los apellidos)
después se instalaron los primeros molinos movidos por electricidad cuyos
propietarios fueron Carlos Rosales, fallecido ( papá de los Mac Givern de
Yalagüina) José Herrera, fallecido, Rutilio Guzmán, fallecido Mario Morales
quien todavía sobrevive gracias a las montucas con sabor a Pueblo Nuevo que le
prepara su pareja Dominga Joya.
Doña Delfina
Prado, recuerda que tenía de hacedoras a Juanita Pérez, Helia Calderón, Mariela
Calderón. Sus horneros: Polo Sánchez, Tomás García, Migdonio Reyes, hornero.
Luz Angélica
Rosales que tenía de hacedoras a: Isolina González (actual conserje de la
escuela urbana), Liliana González, Azucena Rosales. Felipa Casco (madre de
Javier Casco, voceador de La Prensa).Doña
Estefanía Canales tenía de hacedoras a Miriam Martínez, Yeni Casco, Karla
Canales y de horneros Tomás García y Salvador Centeno. Nubia Cruz
(70, 80, 90, hasta el 2012) tenía de hacedoras a Clarisa Gómez, Julia Calderón,
Virginia Calderón, Teresa Rosales, Blanca Hernández, Anita Canales. Dice Nubia
que Anita para estar temprano frente al tablón, llevaba a su niño (Héctor)
envuelto en cobijas.Nubia tenía
de horneros a: Hernán Cruz, William Centeno.
En la
actualidad los talleres de rosquillas más importante son: el de Angelita
Salgado ( este taller exporta rosquillas a los Estados Unidos ) Mercedes
Canales, Blanca Reyes, Blanca Hernández, Angelita Salgado, Nery Tercero, Amanda
Prado, Aracely Reyes Irma Prado, Yanet Prado, Goya Obando, Celina Obando,
Aurora Cruz, Prof. Ligia Cruz Cerros, directora del Núcleo Diriangén.
Los
propietarios de molinos: Mario Morales, (los trajo en 1985) Alvaro Rosales,
doña Veneranda Rosales, Luis Rosales y Adalid Calderón.
Históricamente
los talleres de rosquillas en este pueblo se han convertido además de pistas
para elaborar estas sabrosas cosas de hornos, en ambientes donde se debaten
todo lo que sucede en el pueblo, incluso en estos talleres surgieron varias
candidaturas a alcaldes como la de Napoleón Tercero, Toño Blandón y Arlong
Salgado y Ezequiel Membreño.Además del
pueblo, también existen talleres en las comunidades Salamasí, Los Encuentros,
La Esperanza y Samascunda.
Un hecho
histórico fue el de doña Valentina Blandón, fallecida hace dos años. Esta
ancianita iba a vender rosquillas a Ocotal hasta la edad de 93 años, y no
siguió a que las consecuencias de su vejez la postraron en la cama y no se
volvió a levantar.Para
finalizar vamos a recordar las primeras hacedoras de pan, allá por los años
cincuenta y sesenta : Angelina Gómez (sobrevive, es la madre de Aquilino Pérez)
Goyita Mairena (madre de Yamilet Mairena ) y Pilar Centeno ( ya fallecida,
madre de Manuel Guzmán) y Santos González, murió asesinado en 1974, ( vivía
donde queda la Cooperativa de ahorro y crédito, Isabel González (suegra de
Arlong Salgado ) Sabina Castellón con sus famosos huevos chimbos.
Texto tomado
de la Revista Zonzapote, Edición XXXIX: Autor Prof. Manuel Guzman Centeno.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario