jueves, 4 de octubre de 2018

Santos López y Los viejos sandinistas

Después del asesinato del general Augusto C. Sandino el 21 de febrero de 1934, el Jefe Director de la Guardia Nacional, general Anastasio Somoza García, ordenó reprimir toda presencia sandinista. Comenzó con la masacre de Wiwilí, donde perecieron hasta mujeres y niños. Quienes habían pertenecido al Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua fueron perseguidos y muchos asesinados. Sin embargo la resistencia se mantuvo por años.
Coronel Santos López
En noviembre de 1937 mataron a traición al general de División, Pedro Altamirano. En 1947, el coronel Asunción Pulido, se tomó la mina La India, en un fallido levantamiento contra el régimen somocista, terminó cuando la Guardia Nacional dejó muchos cadáveres en la cuesta de El Coyol. Todavía intentó participar en el movimiento del 4 de abril de 1954, pero ya era Un anciano, tenía relación con Pablo Leal, asesinado por órdenes de Anastasio Somoza Debayle.
Uno de los más valientes combatientes sandinistas fue el general Juan Gregorio Colindres, nacido en el poblado de Murra, Nueva Segovia, en 1890. Luego del asesinato del general Sandino, se refugió en Honduras. En 1948 intentó organizar un movimiento guerrillero, comenzó a operar cerca de Murra. El 29 de septiembre, en el lugar conocido como La Paz, fue atacado por una patrulla, al mando del sub teniente Andrés Petterson. Al informar de su muerte, Un periódico publicó una curiosa foto donde aparece con el general Ramón Raudales, el coronel Baca y el general Anastasio Somoza García, durante el periodo de acuerdo de paz en 1933.
Varios de estos viejos combatientes sandinistas participaron en los movimientos guerrilleros posteriores al triunfo de la revolución cubana en enero de 1959. Relata Ballardo Altamirano López, que ellos tuvieron el apoyo del coronel Lázaro Salinas. En el campamento los jóvenes querían parecer guerrilleros cubanos, como los de la Sierra Maestra, dejándose crecer la barba, mientras que el coronel todos los días se afeitaba con una vieja hoja de rasurar, un día los quedo viendo con una sonrisa y les dijo: "mejor déjense crecer los huevos". Otro fue el viejo Rugama, manco a causa de un balazo en la lucha del general Sandino, colaboraba en los campamentos.

Caso especial fueron el general Ramón Raudales y el coronel Heriberto Reyes, quien con Santos López fue del Coro de Ángeles. En 1958, a los 68 años de edad, el general Raudales, decide encabezar una guerrilla, acompañado en su inicio por el coronel Reyes, el oficial ex G.N. Julio Alonso Leclair, Virgilio Godoy H., Adolfo Evertsz, Klaus Kühl Araúz, Aldo Díaz Lacayo, Adán Aráuz, Efraín Re Huezo, Mario Avilés Sáenz, Harold Martínez Sáenz, Manuel Baldizón Richarson, Ramón Romero, Julio Velázquez.
El 15 de septiembre penetraron el territorio nicaragüense. Se dieron varios combates con la Guardia Nacional. El 14 de octubre, se produjo Un encuentro con la Guardia Nacional, en los llanos de yauli, Jalapa, resultando gravemente herido el general Raudales, que falleció al anochecer del día 18. Al coronel Reyes, elementos somocistas, lo asesinaron en enero de 1961, en Choluteca, Honduras.
Los combatientes del EDSN, vivieron en Honduras en forma semi-clandestina, manteniendo comunicación entre ellos por medio de claves. El coronel Santos López estuvo en Tegucigalpa, trabajando en una fábrica de jabón, propiedad de los hermanos Toribio y Perfecto Tijerino, nicaragüenses antisomocistas, originarios de Chinandega. Después se trasladó a San Pedro Sula, donde vivía completamente aislado, se relacionaban con Santiago Dietrich, uno de los primeros que inician la lucha con el general Sandino.

Tomado de:
Nicaragua. Asamblea Nacional. Sandino y el niño de Yalaguina/Coordinador Ramón Eduardo Cabrales Arauz--Managua. Asamblea Nacional, 2014. 102 P.

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