Datos sobre la vida de Jose Luis Quintanilla

Su nombre José Luis Peralta, pero en Yalagüina, lo conocimos con el apellido de Quintanilla (por el apellido de su padre adoptivo, Roberto Quintanilla). Hasta 1982, vivió en Yalagüina, posteriormente se estableció en Ocotal, con su esposa, la maestra Guisela del Rosario Hernández, fallecida el 27 de diciembre de 2016. Con ella procreó sus hijos: India Guadalupe, Patricia, Dirian, Sandy.

En Yalagüina, le decíamos el General Quintanilla, por la fortaleza de su cuerpo, también le decíamos el bachiller. En este pueblo se le quiso mucho por su comportamiento muy amistoso con todo tipo de persona. Él no discriminaba a nadie.

¿Cómo fue que vivió en Yalagüina? En el empalme de Yalagüina, vivía doña Carmen Sandres; la persona de más comodidad económica en el municipio. Al fallecer su marido, don Rigoberto Quintanilla, le dejó más de 100 manzanas de potrero, más de 100 reses. Esta señora adoptó a José Luis y a su hermana doña Rosita Sandres, (mamá de Monchito [Jorge] Castillo, prestigioso médico establecido en Estelí) Carmen Isabel y Neptalia Rosa.

Realizó sus estudios en el instituto Ramírez Goyena de Managua, donde obtuvo su diploma de bachiller (1959 - 1960). En ese tiempo no existían institutos en los departamentos de Estelí, Madriz y Nueva Segovia.

Trabajando en el SNEM, (Servicio Nacional de Erradicación de la Malaria) se le otorgó una beca para estudiar en el Liceo Agrícola de Matagalpa, siempre apoyado por doña Carmen, donde se graduó obteniendo el título de Agrónomo Zootecnista.

Otros apuntes de la vida de José Luis Quintanilla en Yalagüina

v  Fue integrante del primer equipo de béisbol (segunda base y short stop) muy temido por su fama de jonronero. Gestionó el primer uniforme para el equipo de este pueblo, con el teniente Navarrete, compañero de vida de Polita Velásquez en el empalme de Yalagüina. El uniforme era de color kaki y letras azules.

v  No peleaba con nadie, ni con palabras ni a los golpes, porque todo mundo lo quería.

v  Comía en cualquier casa el pueblo porque todo mundo lo quería por su corazón bondadoso y humanitario.

Tomado de la Revista Zonzapote, Edición n° 40. Autor Manuel Guzmán Centeno. Escritor de Yalaguina, 2019